SOLO UN POCO DE TINTA

Las cuerdas de un piano acarician mi cuello. Las voces me laceran el aliento, me deleitan me encadenan…
Me seduce el flamear de la vela, el humo detenido en el aire, la música del atardecer. Todo me seduce… todo…
Ni siquiera es algo casual. Todo, perfectamente calculado. Completamente planificado a la hora perfecta, sin piedad y con puntualidad.
Entre suspiros mi cuerpo se entume en soledad.
Que más da si la noche se vende gustosa para enterrar sus garras en mi espalda.
Con los ojos cerrados, intuyo la voz del anonimato.
¿Cómo podría decir que con eso basta? ¿Cómo podría decir que lo siento? Si ya nada queda por decir, nada por esconder.
No quiero vender mis gestos al aroma del silencio. No una vez mas…

02.02.00
10:02 PM

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