Beso de tarde y silencio

Mis manos se asemejan a las manos del obrero de noche eterna.
Los árboles trepidan sus hojas como susurrándome que están ahí.
El viento recorre mis cabellos, y mi rostro se estremece con su beso de tarde y silencio.
La casa vacía.
El reloj canta su tic tac cual pájaro madrugador recibe al alba cada mañana.
Mis rodillas se doblan; mi mirada se extravía, mi boca se seca y pienso… ¿cuántos días hubo entre los primeros pasos del que por fortuita intuición osó sorprender mis ojos sin siquiera aludir el dolor de mis heridas, y el perfecto instante previo al amenazante discurso de las cuerdas que tocaron mi cuello, mis venas y mis versos.
¿Qué incólume destino pudo apaciguar este descarado encuentro entre mis hojas, su recuerdo y aquella historia que quizá nunca será leída en público…
Pero eres mi sueño, caballero descalzo de cabellos revueltos. Eres el son de mis letras esta tarde, tras vencer el brindis que acecha a un par de copas llenas. ¡Cuidado!, beber de las copas derramadas aumenta la sed…
Las sombras se alzan desde lejos, pues el sol, cansado tras su jornada de aurora, mañana y crepúsculo, se entrega a vagar tras las montañas, y sobre otros cielos… Largas siluetas dibujan las calles, que replican los pasos una y otra vez…
Un suspiro… ausente caricia.
Beso añejo. Vendido beso de tardes mojadas.
Mojo mis labios y recuerdo al nuevo intruso. Pequeño intruso de callada mirada. Tu silencio me tiene aferrada a un par de palabras, que ausentes se cuelgan de mis pasos sin dejarme avanzar.
Cual calidoscopio de infantes recuerdos, tus dedos descubren los sonidos y las notas que sigilosamente me escudriñan, suspendiéndome.
Quisiera esperarte, pero mis manos no están dispuestas a sangrar por heridas ajenas. No. Sería como destruir al fuego una estatua de hielo. Como desangrar un sueño. Como desvestir mis dedos. No. Podría cautivarte, mas no esperarte. No es mi culpa. Tan solo quiero respirar el aire y disfrutar de mis días; sin golpes en la espalda; sin polvo en las mejillas.

08:20 PM.
02.02.99

Half-gifts

It's an old game, my love
When you can't have me, you want me
Because you know that you're not risking anything
Intimacy is when we're in the same place at the same time
Dealing honestly with how we feel, and who we really are
That's what grown-ups do
That is mature thinking
Well I'm still a junkie for it
It takes me out of my aloneness
But this relationship cannot sustain itself
Intimacy is when we're in the same place at the same time
Dealing honestly with how we feel, and who we really are
That's what grown-ups do
That is mature thinking
I just have to know how to be in the process
Of creating things in a better way
And it hurts but it's a lie that
I can't handle it
I still have a world of me-ness to fulfill
I still have a life, and it's a rich one even with mourning
Even with grief and sadness
I still care about this planet
I am still connected to nature and to my dreams for myself
I have my friends, my family.
I have myself
I still have me

tardes peninsulares

Largas tardes peninsulares resbalan bajo mis pasos, desde hace ya dos años...
Tardes interminables...
Tardes ausentes de aquel abrazo perpetuo de dos amantes que esperan el momento para huir de los días...

La hora avanza, los días pasan, y yo aquí sin nada que decir... como si estuviera esperando que algo sucediese, como perdiendo la memoria... como sacudiendo mis ropas de aquel polvo añejo que se queda en los rincones y que insiste en quedarse imperceptible entre los pliegues de mis faldas...

La tarde cae sin previo aviso sobre mis párpados, y muda contemplo los últimos suspiros de ese aliento de luz que cruza las nubes... murmullos infantiles, conversaciones y replicas del sonido de la ciudad, sazonan el termino crucial de otra jornada...

IMAGINARIA

Lentamente el tiempo pasa por mi frente.
De mis manos brotan círculos de viento
Espantando a ciegos de burlesca mirada.

Dentro de las rocas mi voz se ahoga agitada
Ciruelas y flores circundan desprevenidos
Mis dientes afilados

Del viento las nubes
Del cielo los pájaros

Pasos que se alejan una vez más…
los míos…

Boquiabierta la noche suspira
Taciturna la mirada
Aventajado el tiempo…

¡Llévese la lluvia el llanto lejos!
No se duerma el ocaso, no se duerma…
No llore la caricia…

La caricia queda impresa en los labios, imaginaria…

10.2002

Tu mirada





Como un sueño te presentaste entre mis días…
Sutil y cotidiano.
Lleno de signos y frases a medio decir.
Vacilante, anónimo, irresoluto.
Tu presencia gravita desde mí.
No puedo quitarte de mis días,
ni tampoco puedo quedarte.
No puedo quedarte.
Cómo explicar…
Me abalanzo a los pies de la creación,
y te escabulles de mis letras.
Los tiempos te nombran,
y tu sonrisa se despide de mis labios.
No digas nada,
¡Qué más da! Es inevitable.
Somos tan distintos…
Cómo explicar…
Tus sueños bailan tristes y distantes,
y el anhelo de tus pasos está con ellos.
Cuenta tus pasos a la orilla de la noche,
Vislumbra mis sueños, y sonríe.
Pues, ni el silencio
ni el recuerdo podrán borrar
cómo mis ojos
eternizan tu mirada.







Noviembre 2000

Amor





Me recoges y me envenenas;
Me tomas, y no me dejas ir.

Estoy colgando de la noche
Y la lluvia ha cesado.

Me recoges y me envenenas:
Me tomas, y no me dejas ir.

Mi boca seca bebe del licor amargo
Embriagador de tus labios, y me enveneno.

Y no me miras.
Y no te siento.

Estás paralizado.
Como mis manos, como mi cuerpo.

Y no te quedas.
Y no te vas.

El destino no existe.
No.

Sería demasiado triste,
Demasiado.

Octubre de 1999

bienvenida

Delicias se acumulan hoy incesantes en tu recuerdo.
Me bebo el silencio lentamente y respiro agotada de esta soledad…
segundo tras segundo, el cansancio se clava sobre mi cuerpo, pero te siento;
y la vida se me escabulle sin comentario ni altruismo alguno.


Si, hoy te invito a que camines conmigo.
Hazlo, y serás nombrado gobernador de pasos y sueños.
Quédate y mis manos cubrirán de alhajas tu cuello intacto,
mientras el musitar inexorable de tus labios me susurra que estás aquí.


Hoy es tiempo de festejar al tiempo, al cielo, al gesto, al beso.
Hoy es tiempo de vidas nuevas con nuevas caras y nuevas ganas.
Hoy te recuerdo inquieta y te siento cerca.
Te saboreo aún entre mis labios,
te respiro aún entre mis ropas…


Camina conmigo
y contaremos juntos
la historia
que se teje bajo nuestros pasos…


si quieres…
1999

Reflexiones nocturnas sobre mi enemigo

Sediento viene danzando el tiempo hasta mis pies, y silenciosamente me toma el halo dulce de un desconocido. ¿Un poco de sangre?
Columnas de arena circundan hoy mi morada.
Claustros de tiempo acumulado cuidan mi sueño oculto. Mas las voces de estos oráculos: ¡vivientes cansados! Me azotan el alma, y luego todo se postra; nada es igual… las montañas callan en su eternidad de días y mi cuerpo se seca lentamente… esto es algo mas que vivir. Es quizá un pequeño intento que vacila incesante entre mis manos.
¿A qué habéis venido? ¿Cuál es vuestra culpa?
¡Redimiros! ¡Os lo suplico, redimiros!
No quiero seguir vendiendo mis versos a estas manos sucias.
¡Redimiros!
No podríais volver a romper mis huesos sin antes besar la planta de mis pies; no podríais pedir perdón, sin antes derramar de esta sangre que acumulada me quita el habla…
Nunca pensé que cometería el descaro de nombrarle entre mis letras en una noche como esta, donde el cansancio se me sale por los ojos, mientras la mañana me espera para castigarme con puntualidad.
Si, creo que le conocí hace ya varios años… se abalanza y me lacera el sentimiento para luego decirme que nada ha cambiado; que todo sigue igual. Recuerdo que de niña aparecía entre mis sueños para ahuyentar la calma, y hoy me amenaza con devorar mis intentos por redimir mis errores. ¿enemigo? ¡Qué más da! Si sin nombre ni apellido me pide cuentas cada noche de insomnio, cada amanecer.
¿Vacío? ¿Deseo? ¿Misericordia?
¿Dónde podría yo recibir a este erguido sueño si me expongo a ser traicionada una vez más?
¿Quién podría alguna vez controlar la ira del destino al descubrir que la vida ha transcurrido sin fanfarrias ni famosas palabras?
He visto su rostro una vez más. He sentido sus golpes en la espalda. He vestido de su aliento y hasta me he dejado seducir.
Pero no me engañas Ángel caído. No me tienes ni te pertenezco. Yo, aún me puedo arrepentir. Para ti, es demasiado tarde.

05:58 AM

Obra maestra

Quisiera sentir el silencio
Azotar mi rostro contra el viento
Y dejarme caer en el delirio de la eternidad…

Montañas gigantes se abalanzan sobre mi,
Y la gloria de Dios me cubre
Por in instante…

Gran peñasco de vidas eternas
Te muestras ante mi
Cual vívido paisaje

Para recordarme que el silencio vive,
Y que la creación
Es una obra maestra

Ovación


Me veo frente al espejo y veo a la mujer que mece su rostro ante la multitud.
Veo aquí, frente a mí, a la mujer de claros vuelos que plasma sus días tras el desesperado intento de vivir. Y no puede… Es inevitable.
Cada segundo está más cerca del término de los momentos.
Se escurre el tiempo y su rostro se quiebra desesperado.
Y su vida nace y muere al instante.
Al instante de vivir, de querer vivir.


07.05. 97
00:40 AM

El altillo



Ella dormía en el altillo de una habitación alquilada; y como todas las tardes, esa tarde la despertó el gutural e incesante ruido de las palomas. Su cuerpo menudo y quebradizo bajó la escalinata, y como un fantasma recorrió el pasillo de la antigua casa, hasta llegar al cuarto de baño. Estaba cansada. La situación de convertirse en la amante de su mejor amigo, la había alejado del tiempo real. Despertaba cerca de las seis de la tarde, para volver a dormir a las nueve de la mañana.
Son tantas las cosas que de ellos se cuentan, que la verdad, no sé por dónde empezar…
Ella le conoció cuando aún era una niña. El era el chico más codiciado y cortés de aquella época.
El día que lo vio por primera vez, ella era nueva en el grupo . fue como una aparición: le vio cruzar por el umbral de la puerta y todo se tornó lento y espacioso. Sus pasos retumbaron dentro de su cabeza, como dentro de una iglesia vacía, hasta que inevitablemente llegó a su lado.
- ¿quién eres?- le preguntó, a lo que ella, impávida, se refugió con una sonrisa.
- Mi nombre es Carmen- respondió, y el vértigo cesó.

Siempre se les veía juntos. El le contaba sus conquistas y ellas recreaba sus historias entre carcajadas, como su mejor cómplice. Y así, lentamente el tiempo pasó.
Aquella noche, todo ocurrió sin explicaciones. Un par de miradas, otro mas de palabras y la magia de un instante se volvió de piedra. La noche se vistió de frac y escuchó los sonidos del amanecer. Todo así: como el tintinear de las gotas bajo la lluvia; como las calles, sin refugio; él rasgó sus ropas y ella no dijo nada.
Noche de estrellas ausentes, violencia de mares y sigilosas palabras, entumieron su vientre vacío, tras el oscuro recuerdo de sus historias.
Hubo amnesia y también mentira. Hubo cantos y gritos desesperados. Hubo atardecer, noche, crepúsculo. Hubo respiración y exhalación de cultos ritualicos.
Y entre las rejas del destino se escabulleron los momentos atrapados entre estupefacientes. Entre las gotas rodaban las borracheras sonrientes que corrían tras la escurridiza ventana que dejó la noche colgando de un hilo.
Pero ni ella ni el lograron entenderlo. Ni ella ni el pudieron responder a las preguntas del amanecer. El se durmió y ella se escabulló entre las sábanas. Vistió su cuerpo con agua fría, como queriendo congelar con esto, todos los golpes, las marcas y el dolor de su inútil castidad.
Sin embargo, aparentemente, nada cambió entre ellos. El siguió contándole sus historias y ella siguió riendo con un aire de complicidad. Mas, cada vez que se emborrachaban, el rasgaba sus ropas, y ella no decía nada.
Esa tarde, el llegó mas temprano que de costumbre. Carmen, aún dormía, como una gata, a dos metros de altura. El, sigilosamente subió por la escalinata; se sentó a su lado, tomo su mano, describió su rostro con una caricia y ella lentamente despertó.
-Te mentí- le dijo sin mas- desde la primera vez que te besé, no he vuelto a tener otra mujer. Esa noche, Carmen, lo mató.