tardes peninsulares

Largas tardes peninsulares resbalan bajo mis pasos, desde hace ya dos años...
Tardes interminables...
Tardes ausentes de aquel abrazo perpetuo de dos amantes que esperan el momento para huir de los días...

La hora avanza, los días pasan, y yo aquí sin nada que decir... como si estuviera esperando que algo sucediese, como perdiendo la memoria... como sacudiendo mis ropas de aquel polvo añejo que se queda en los rincones y que insiste en quedarse imperceptible entre los pliegues de mis faldas...

La tarde cae sin previo aviso sobre mis párpados, y muda contemplo los últimos suspiros de ese aliento de luz que cruza las nubes... murmullos infantiles, conversaciones y replicas del sonido de la ciudad, sazonan el termino crucial de otra jornada...

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