Ángel caído


Un par de miradas. Otro más de palabras, y la magia de un instante se volvió de piedra. Sólida piedra. Cual mármol, cual roca.
Así la noche se vistió de frac y leyó y escuchó los sonidos del amanecer. Todo así… como el tintinear de las hojas bajo la lluvia. Como las calles, “sin refugios”.
La noche se presenta tácita ante mis pies.
-Buena suerte – dice un desconocido.
-¿cuerpo y alma?- y ella se escabulle entre sus sábanas.
No hay más que eso. Y él duerme y ella sueña con la noche que se despide con temblores.
No hay más que eso. El disfraz no cubre las grietas del camino.
Unos labios se besan y un hombre se desnuda. Se extravía…
Gotas de vino y verborrea emanan los intentos por obtener el gesto, la dicha… ¡qué mas da! Nada parece ser real.
ELLA - Esto no ha sucedido. ¿Cinco años? Si. Eso: “nada ha sucedido”.
EL - ¿qué pasa?- dice, estupefacto
ELLA - nada – ella de espaldas a él, coge sus cosas.
EL - ¿no me deseas?
ELLA - “no te conozco”
EL -¿?- atónito
Ella, encendiendo un cigarrillo y dejando un papel escrito sobre la mesa
ELLA - no entenderías-
EL -quiero…
ELLA -lo siento… no siento…

05:35 AM.
20.11.99

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